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martes, 16 de agosto de 2011

Mejor, darse a los demás. Personalismo.

"En nuestro mundo posmoderno, donde todo es relativo menos el dinero, podemos llegar a matar por él. Es muy difícil instalar una actitud antropológica donativa, de darse a los demás, donde se pueda decir tú sin perder el yo", reflexiona Carlos Díaz, español y doctor en Filosofía, que estuvo en Buenos Aires para participar de un congreso sobre personalismo, el ideario del pensador cristiano Emmanuel Mounier.

Asumir el vos. "La gente no sabe decir tú, sólo sabe decir yo. Incluso, en lugar de tú dice él o ella, y al hacerlo toma distancia y lo trata como un ello, como una cosa. De allí, la urgente necesidad de crear grupos de diálogo, de intercambio. Este ha sido mi empeño hasta hoy y, por lo que veo, seguirá siéndolo por lo que me queda de vida. ¡Soy incorregible!", se ríe.

Sembrador de ideas. Mounier nació el 1º de abril de 1905 en Grenoble, Francia, cerca de los Alpes. Sus cuatro abuelos eran campesinos, gente simple con sentimientos nobles y profundos. Solía decir: "El espíritu de mis abuelos reacciona en mí, su salud circula por mis arterias, el aire de los campos me purifica los pulmones, y me siento un militante de ideas transformadoras como el labrador que siembra y cultiva". Estudió Filosofía y fundó grupos de trabajo en Bélgica, Suiza y Alemania, donde actuaban tanto ateos como creyentes, judíos y católicos. Decía también que "los no creyentes eran los que más le enseñaban, porque hacían las mismas cosas que los creyentes, pero sin esperar ninguna recompensa, desde la gratuidad más pura".

Lo primero, el diálogo. "En su época, Mounier fue uno de los primeros cristianos que dialogaba con Marx, Freud y Nietzsche. Un diálogo de gran lucidez, buscando rescatar lo mejor de temas conflictivos, pero sin miedo a poner el dedo en la llaga. Fue uno de esos santos que nunca serán canonizados. Conocí la obra de Mounier por casualidad y comencé a leerlo cuando aún era estudiante de Filosofía. Me entusiasmó y decidí presentarlo como tema para mi licenciatura en 1966. Me enseñó muchas cosas, entre otras, a dialogar y a no tener miedo. A aceptar que tenía una deuda con pensadores judíos, por ejemplo Martin Buber, o protestantes, como Paul Ricueur, que, aunque ya no viven, son como voces proféticas", recuerda Díaz.

Antropología personalista. Sostiene Mounier que el hombre no es sólo un objeto biológico, es persona, cuerpo y espíritu. Sin cuerpo no puede existir, pero lo que lo hace persona, lo que completa su antropología, es el reconocimiento de su espíritu. Ese espíritu lo orienta hacia una vocación que consiste en trascender y darse al prójimo, a los demás. "Pero tal entrega sólo puede darse en el seno de la comunidad, que no es algo contrario a la persona, sino al revés: la comunidad permite a la persona ser plenamente ella misma. Pero aunque nacemos con esa posibilidad, debemos trabajar activamente para lograrla. Una frase típica de Mounier es que da más fuerza sentirse amado que creerse fuerte. Esa sería la esencia del personalismo."

Pensar para mantenerse con vida. Para Díaz, el personalismo actual está pasando por un período de crisis: "Te llaman de muchas partes del mundo, pero no te encontrás cómodo en ninguna. Todo está por hacerse. Todo está por empezar. Como no me sentía cómodo en ningún lugar, fundé la Fundación Emmanuel Mounier de España. Recordando las palabras del propio Mounier sobre el espíritu de sus cuatro abuelos campesinos, puedo decir que para mí Emmanuel Mounier es como mi abuelo en el mejor sentido del término". Pese a la complejidad del mundo actual y aunque la gente no se comprometa en donar y en reconocer al otro, curiosamente, el hombre quiere ver testigos, signos de que ese ideal es posible y alcanzable. "Yo creo que ésa es nuestra función, mantener viva la esperanza. Y aquí creo que vale la frase del filósofo Gabriel Marcel, que dijo: 'Mientras yo viva tú no morirás'".

DIÁLOGO
"Mounier era un místico. Un hombre de oración, pero su oración no consistía en recitar una fórmula establecida, sino en una meditación que significaba abrirse al infinito y trabajar activamente para ser persona. En realidad, esa búsqueda es el verdadero sentido de la vida de los seres humanos. Ser persona significa trascender nuestra realidad material y acceder al mundo espiritual. Lo que nos permite ser profundos, perder el miedo y relacionarnos con los demás para establecer un diálogo comunitario afectuoso."

DIFUSOR
Carlos Díaz nació en Cuenca, España, en 1944. Es licenciado y doctor en Filosofía egresado de la Universidad Complutense de Madrid y diplomado en Sociología Política por el Centro de Estudios Constitucionales. Profesor titular en la Universidad Complutense, dicta conferencias sobre el personalismo en su país natal y en gran parte de América latina. Es considerado el principal investigador y difusor del pensamiento personalista comunitario en lengua española y es fundador del Instituto Mounier de España, México, Argentina y Paraguay. También es autor de aproximadamente 200 libros.

LECTURAS


El personalismo (Emmanuel Mounier)
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Manifiesto al servicio del personalismo (Emmanuel Mounier)
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El personalismo (Juan Manuel Burgos)
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Yo y tú (Martin Buber)
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Emmanuel Mounier (Nuncio Bom bazzi)

Fuente: La Nación.

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