Es un mal que afecta a muchas personas en la actualidad, y que tiene como escenario el lugar de trabajo.
Son los actos que afectan la dignidad del trabajador. En casos extremos, pueden desencadenar daños psicológicos graves, pérdida del empleo y hasta suicidios.
Se manifiesta en ataques permanentes contra la persona, persecuciones tendientes a provocar aislamiento, pérdida de la autoestima, descalificación, violación de la intimidad, falsa denuncia, afectación a tareas irrelevantes, quita de personal, intromisión en la computadora, indiferencia a los reclamos, etc.
El acosador le asigna a la víctima tareas inútiles, absurdas, peligrosas y humillantes; no le permite comunicarse; la interrumpe continuamente cuando habla; le critica su trabajo; se burla de su vida privada; le niega el contacto mediante gestos de rechazo o menosprecio; ignora su presencia; la aísla de sus compañeros; le grita, la amenaza, la injuria, le atribuye una enfermedad mental.
Hay jueces que lo consideran una enfermedad del trabajo, que deben pagar las ART (Aseguradoras de Riesgos del Trabajo), y hay otros que establecen condenas por daños y perjuicios, con indemnizaciones especiales.
Lo cierto es que es una problemática más dentro del orden de lo psicológico.
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